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Real inclusión de mujeres riojanas

La menor participación de las mujeres en el mercado laboral y el desempleo siguen siendo obstáculos para superar la desigualdad socioeconómica y de derechos. Desde Mejor Riojanas tenemos la firme convicción que esta brecha se combate con acciones concretas y una inclusión real de mujeres capaces y eficientes a nuestros equipos de trabajo, cuyos valorables aportes son imprescindibles para alcanzar nuestros objetivos.

A nivel global, la participación de las mujeres en la fuerza laboral disminuyó en los últimos 20 años y, según datos del Banco Mundial, en todos los países enfrentan diferencias salariales. Además, si bien las mujeres representan el 40% de la fuerza laboral mundial, y muchas de ellas logran tener sus propios emprendimientos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un gran porcentaje de su potencial productivo no se utiliza. 

Asimismo, las leyes laborales protegen a hombres y mujeres por igual. No obstante, las mujeres siguen teniendo un 30% menos de probabilidades que los hombres de tener trabajo, el cual no es un número menor. Esto perjudica directamente, no solo al ejercicio de los derechos humanos, que nos incluye a todos y a todas, sino también a la eficiencia económica, lo que exige un cambio de perspectiva de manera urgente.

Es por esto, que día a día trabajamos desde nuestras entidades para achicar esa brecha de desigualdad y creemos firmemente que estamos en el camino correcto. Si tomamos como base el nacimiento de las empresas, y las comparamos con la actualidad, observamos que existe un aumento en la inclusión de mujeres en nuestros equipos de trabajo. Muchas de nuestras trabajadoras ocupan puestos relacionados a la toma de decisiones, en tanto a otro importante grupo participa de tareas que, en el común colectivo, siempre fueron destinadas a hombres.

¿Por qué apostamos a la inclusión de mujeres en nuestras empresas?

1. Representación democrática: cuando no existe equidad en los equipos de trabajo, sobre todo en los cargos jerárquicos, los intereses que se traducen en decisiones representan solo a un grupo determinado. Por el contrario, al apuntar a una democracia paritaria, se logra atender a todas las necesidades que pueden surgir de la relación de la sociedad con nuestras empresas. 

La experiencia demuestra que la participación de mujeres en puestos de decisión, contribuye a que se incorporen en la agenda temas sociales que traen beneficios en la empresa: seguridad en espacios de trabajo, autonomía económica de las mujeres, educación y formación, gestión de recursos, entre otros.

2. Más productividad y creatividad: la diversidad en los grupos de trabajo, donde conviven hombres y mujeres, incentiva la creatividad. Esta coexistencia permite el intercambio opiniones y propuestas con distintas perspectivas, lo que favorece la participación, la creación de equipos y potencia la toma de decisiones.

3. Generación de confianza: Las líderes femeninas son percibidas en ambientes laborales como éticas, honestas y más comprensivas. Estas cualidades son esenciales, sobre todo en puestos jerárquicos, y que sea percibido del mismo modo por todos los empleados repercute en el éxito de toda la empresa, sobre todo en la satisfacción del equipo de trabajo.

4. Mejor desempeño: Según un informe de la OIT, incorporar mujeres en cargos directivos puede representar una mejora de hasta un 20% en la rentabilidad empresarial. Además, el estudio arrojó que de 13 mil empresas, el 60% se benefició del trabajo de las mujeres en puestos con tomas de decisiones, viendo los resultados en ganancias, creatividad y reputación.

Sabemos que para terminar con la desigualdad de género existe aún un largo trayecto por recorrer y posiblemente estemos a mitad de camino. Sin embargo, reconocer la urgente necesidad de un cambio es fundamental para dar el primer paso; el generar acciones concretas es el siguiente. 

La inclusión real de mujeres en nuestras empresas comenzó como un compromiso y hoy es un hecho.

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